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Qué son los OKRs y qué beneficios pueden aportar a tu organización

El entorno tan volátil e incierto en el que se mueven las organizaciones en la actualidad ha hecho que, en los últimos años, sean muchas las empresas que han decidido implementar nuevos marcos de trabajo y metodologías en sus ecosistemas, ayudándolas a adaptar su planificación estratégica y procesos de entrega de valor a un entorno cada vez más complejo, sujeto a continuos cambios.

 

En definitiva, el Objetivo establece una dirección clara y proporciona inspiración; el Resultado Clave es el indicador, con un valor inicial y un valor final, que nos ayudará a saber si nos estamos aproximando o no a la consecución del Objetivo; y la Acción es aquello que haremos para lograr la consecución del Objetivo y el Resultado Clave.

Por último, destacar que podemos utilizar el modelo de manera aislada (en un solo equipo, área o, incluso, a nivel personal), pero explotaremos todo su potencial si lo implementamos a nivel sistémico, es decir, conectando Objetivos a través de las distintas capas y áreas de la compañía. De esta manera, los OKRs de la organización (nivel estratégico) conectarán con los de cada área (nivel operación) y, a su vez, éstos conectarán con los de cada equipo (nivel ejecución), lo que hará que todos puedan contribuir con su trabajo a la consecución de la estrategia.

¿Qué ventajas tienen los OKRs?

Los OKR nos ayudan a generar conversaciones valiosas dentro del ecosistema organizacional, entre las capas estratégicas, los miembros de los equipos y los diferentes departamentos. Esto convierte al modelo en una poderosa herramienta de alineamiento en torno a cuáles son las prioridades y dónde debemos enfocar nuestros esfuerzos.

Al vernos forzados por el modelo a seleccionar un número determinado de objetivos para cada periodo de tiempo, se debe hacer un gran ejercicio de reflexión que permita que se fijen las prioridades, es decir, poner foco. Además, el modelo nos reta, nos inspira y nos hace ser más ambiciosos, al proponer una definición separada del Objetivo (aterrizado, a ser posible, de la visión) y los Resultados Clave. Esta combinación de foco, alineamiento y ambición-inspiración hará que seamos capaces de generar un mayor impacto con nuestro trabajo, entregando aquello que realmente aporte valor y esté alineado con la estrategia de la compañía.

 

Conclusiones y retos

Como hemos visto a lo largo del artículo:

  • El modelo OKRs nos ayuda a establecer objetivos en cualquier nivel de la organización y a conectar cada objetivo con resultados medibles.
  • Es una cuestión de mindset: manejar objetivos que no dependen únicamente de nosotros, o asumir que no llegar al 100% de consecución de los resultados clave puede ser un buen síntoma, implica un trabajo profundo de cambio de mindset y cultura en el ecosistema.
  • Explotaremos todo su potencial si lo implementamos a nivel sistémico, es decir, conectando Objetivos a través de las distintas capas y áreas de la compañía.
  • Los OKRs deben revisarse con cierta cadencia, por ejemplo, mensualmente o trimestralmente, para poder inspeccionar y adaptar tanto los propios OKRs como la planificación o iniciativas a ejecutar, sin perder de vista la estrategia.
  • Se trata de un modelo muy versátil que aplica a organizaciones de cualquier tamaño e industria. Incluso podemos utilizar este modelo para la gestión personal por objetivos.
  • Es una herramienta que genera transparencia, fomenta la colaboración y nos ayuda a que todos en la organización comprendan lo que es importante y cómo se va a medir, conectando la estrategia con los equipos.
  • Mejoramos la motivación y el engagement de las personas y los equipos, ya que todos pueden entender y construir su aporte al resultado global.

 

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